24 sept 2014

CUEVA DE LOS CHORROS (RIOPAR)

Antes de entrar
Para algunos era el primer contacto con esta cueva, para otros era el reencuentro después de varios años y para todos era una nueva aventura que compartir.

Entrando


La Cueva de los Chorros, en Riopar, es una de esas cuevas singulares que jalonan nuestro país y que ningún espeleólogo que se precie ha de dejar de explorar.

Hacía tiempo que habíamos decidido que nuestra primera incursión subterránea, pasadas las vacaciones, sería en Chorros; así que, con tiempo, solicitamos el permiso correspondiente a la Consejería.

Esta vez nos acompañaban viejos conocidos; Jose Manuel Ros (Vía Subterránea) y Ricardo Yebra (Director de la Escuela Nacional de Espeleología de la O.J.E.).
En la Cascada Rosa

Habíamos planificado el viaje de tal forma que la exploración la íbamos a realizar el sábado 6. Por diferentes motivos cada uno llegó en diferentes medios y de distintos lugares: Ricardo desde la zona sur, Jose Manuel y Jose Luis, desde Valencia en un vehículo, Tomás y Jose desde Valencia y Ollería en otro vehículo y, finalmente Gonzalo y Juan en otro coche, desde Valencia, el mismo sábado a primerísima hora. Salvo estos últimos, el resto salimos el viernes tarde y dormimos en un camping cercano a Riopar.

El sábado, después de llegar al aparcamiento y coger el material, iniciamos la ascensión hasta la boca de la cueva. Subida con mucha pendiente y cansada. La altura alcanzada, al ir ascendiendo, nos permite contemplar el bello entorno del Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima.

Una vez arriba...nos equipamos y para adentro.
Accediendo a la Cascada Rosa

La Cueva de los Chorros, como es bien sabido, es una cavidad de gran formato. En ella nace el Río Mundo y, de momento, están explorados 38 km de galerías. El gran acopio de agua que mana por su boca en determinadas épocas, es el que da origen al nombre: Chorros. Su cascada de 55 m de altura es todo un atractivo turístico para la zona. Desde hace un tiempo se ha regulado el acceso a la cueva y es necesaria la correspondiente licencia que otorga la Consejería.

Aunque la mayoría de los que exploran esta cavidad van provistos de neoprenos y de material acuático, nosotros nos disponíamos a hacer la parte “seca” de la cueva. Realmente lo de seca es un decir, ya que el agua abunda en gran parte de la cueva, pero es este un recorrido que se puede hacer sin necesidad de introducirse en el agua.
Pose espeleológica
La verdad es que no encontramos mucha información en la red sobre el recorrido que queríamos hacer: desde la boca hasta el Sifón Vera, por eso echamos mano de algunos amigos. Días antes habíamos recabado información a conocidos nuestros del Grupos G.E.C.A. de la O.J.E. de Cieza y del Grupo de Espeleología de Villacarrillo. Ellos nos habían informado sobre el recorrido y la situación de los pasos más complejos.

Como es posible que otros se encuentren en la misma situación que nosotros, vamos a esbozar, de manera simplificada, la información que obtuvimos:

“Acceso por la entrada principal.

Seguir la galería hasta donde el agua no permite avanzar más. Aquí nos encontramos con la Cascada Rosa. Para llegar hasta ella y pasar sin mojarse mucho, se puede hacer por ambos lados con mucho cuidado.

Seguimos y llegamos a una zona inundada que se puede superar por la derecha y después un salto de un metro hasta la zona de enfrente.

Más adelante, a la derecha y en pendiente ascendente tenemos la Pértiga. Está toda equipada con cuerda y algunos tramos con cadenas. Recomendable arnés y puño para ir asegurándose con el cabo de anclaje.

A partir de aquí se van sucediendo los pasamanos y las trepas hasta llegar al Paso 16 de Agosto. Es un paso ascendente no muy complicado.

Si las piedras hablaran...
Después continuamos sin muchos problemas hasta llegar a un lugar donde se pueden tomar dos caminos diferentes. Es una zona ascendente con dos vías: por debajo se accede a la zona del Lago Verde, Marmitas y Lago del Negror; por arriba está la galería fósil (que es a la que accederemos), con unas cuantas formaciones.

Llegaremos a un paso ascendente por el que entramos en el llamado Paso del Caracol. Es un lugar en donde se va subiendo en diferentes alturas al tiempo que se va girando (espiral).

Seguiremos el recorrido hasta llegar a un punto donde ya dejamos atrás los pasamanos y las trepas y aparecen zonas más amplias. Solo una pequeña gatera sin mucha importancia nos obligará a arrastrarnos, pero después...andar y andar.

Tubos a presión, bloques, pequeños destrepes...hasta llegar al Lago del Brillo. Aquí hay que tomar decisiones: o te vuelves o te metes en el agua o cruzas con un bote.

Después del Lago del Brillo, cuando se vaya terminando la fractura, hay que ir subiendo por
distintas repisas y siguiendo la fractura de manera ascendente, se llega al Sifón Vera.”

Bueno y después de dejar estas indicaciones, hay que decir que nosotros llegamos hasta cerca del Lago del Brillo, pero finalmente nos volvimos un poco antes de tiempo. El motivo fue que uno de nosotros comenzó a encontrarse mal por un problema digestivo y puesto que no íbamos a poder cruzar el lago, decidimos volver antes de que empeorara.

Trepa
El regreso fue más rápido y, al final, algún chapuzón extra amenizó la salida.

Fuera ya todos, nos despojamos del equipo, mojado en algunos casos, y comenzamos el descenso.

La verdad es que no nos vino nada mal terminar antes puesto que así llegamos a la zona de los coches sobre las seis y media y pudimos estar en nuestros destinos a horas prudentes.

Gonzalo y Juan partieron enseguida y el resto nos quedamos en un bar cercano, reponiendo líquido, mientras comentábamos las incidencias.

Sobre las siete o siete y media dejamos Riopar. Ricardo volvía hacía tierras andaluzas, Jose y Tomás hacia Ollería y Valencia, y Jose Luis y Jose Manuel a continuar el fin de semana por los alrededores de Coto-Ríos.

Bueno, y eso es todo. Como solemos decir...”una más”. Hasta la próxima.

Hasta otra, Chorros


Pulsar para acceder al video reportaje de la Cueva de los Chorros 





19 jun 2014

LA CUEVA DE TUS SUEÑOS



Conocimos a José Manuel Ros de una forma casual, casi accidental, en una cueva (como no) cerca de Valencia. Se encontraba topografiando él solo. Nos causó buena impresión. Compartimos con él, almuerzo y charla.

Desde ese primer momento hemos ido incrementando el contacto con él, a través sobre todo de José Luis, y hemos encontrado a una persona generosa, con amplios conocimientos sobre esta actividad nuestra y sobre todo amante de lo que la Naturaleza nos ofrece. Es también un alma libre.

Formaciones
Así que, en primer lugar, permitidnos que las primera palabras de esta crónica sean para agradecerle su amistad y su desinteresado ofrecimiento para acompañarnos y guiarnos por esta cueva. Sin él no hubiera sido posible.


Permitidnos también que omitamos el nombre y la localización de esta cavidad ya que la buena conservación que tienen sus formaciones podrían correr serio peligro si se visitara de una forma indiscriminada, aunque ya os decimos que la complejidad de su topografía hace realmente muy difícil el tránsito por la misma. Conscientes de que no se trata de una cavidad desconocida para la familia espeleológica, por lo menos, al minimizar la información sobre la misma, contribuimos algo a su protección al no servir de vehículo de localización para los curiosos y los poco respetuosos con nuestro medio.


Grupo Spelaion

Así pues, habiendo realizado esta introducción, comencemos por el principio, que no es otro que un sábado, a primera hora de la mañana, en una localidad de Valencia, en donde nos concentramos todos los que íbamos a participar en esta exploración. Por un lado estábamos los seis componentes del Grupo Spelaion y por otro José Manuel con dos amigos y compañeros de alguna que otra exploración.
Después de tomar un café rápido, nos dirigimos al lugar donde se suelen dejar los vehículos para luego ir andando hasta la boca. Allí encontramos a otro grupo que también iba a explorar la cavidad. Nos pusimos mono y casco y comenzamos el camino...pero antes, foto. Nos hicimos una foto con la nueva camiseta del grupo.


Juanma y Jose Luis
Después de recorrer la distancia correspondiente llegamos a la boca y rápidamente nos adentramos en ella. Lo que pudimos ver a partir de ese momento es algo que se nos quedará en la retina de por vida ya que vimos cosas que difícilmente se pueden ver de manera habitual. Allí pudimos contemplar milagros de la Naturaleza que muy pocas veces se nos muestran, formaciones que no habíamos visto nunca y que es muy posible que no volvamos a ver. Una cueva verdaderamente de ensueño.


Al poco de adentrarnos en la cavidad nos volvimos a encontrar con el otro grupo. Nos dejaron pasar pues, según nos dijeron, ellos iban a hacer otro tramo diferente al nuestro.

El recorrido por la cavidad fue largo y duradero, pero mereció la pena.

Es esta una cavidad que, aunque no requiere una gran capacidad técnica, va desgastando poco a poco. El polvo presente, el arrastrarse por aquí y por allá, el subir y bajar...va solicitando a los cuerpos un trabajo extra que se va acumulando y que, al final, cuando se sale al exterior, es cuando se es consciente del esfuerzo realizado.


La exploración se desarrolló según el plan previsto. Tras un par de horas de recorrido llegamos a las primeras formaciones dignas de ser admiradas. Era el preámbulo de lo que nos esperaba. A partir de aquí, fuimos recorriendo galerías de distintos tamaños, pendientes y longitudes que nos iban acercando a otras tantas bellezas subterráneas.



Aproximadamente a mitad del recorrido hicimos un alto para comer y reponer fuerzas.

Tras este descanso continuamos la marcha y seguimos accediendo a otras partes de la cueva; un museo de esculturas cuyo cincel es el paso del tiempo y cuyo testimonio ha quedado reflejado en las fotos y video que acompañan a esta crónica.


No solo son de destacar las bellas formaciones, también pasos interesantes como la larga gatera de muchos, muchos metros, cuyo recorrido disfrutamos.



Después de más de diez horas de exploración volvimos a cielo abierto. Algunos con ciertas prisas, por cierto, debido a un evento deportivo de masas que iba a comenzar en breve tiempo. Los que no teníamos tanta prisa nos tomamos unas cervezas en un bar próximo. 

Después de intercambiar los últimos comentarios del día vivido nos despedimos y cada cual volvió a su lugar de origen.


En fin, que como dice el dicho, una imagen vale más que mil palabras. Así que, si alguien que lee estas líneas siente interés por contemplar aquello que vivimos, solo tiene que entrar en los enlaces del final y ver el video y las fotos.


Hay veces que no solo se puede escuchar el silencio, sino que también se puede ver lo invisible.


Pulsar para acceder al video reportaje fotográfico de la Cueva de tus Sueños

Pulsar para acceder al video reportaje de la Cueva de tus Sueños



10 abr 2014

SIMA DEL CONILL (BOCAIRENT) (II)


A la Sima del Conill, en Bocairent, nos trasladamos con la intención de hacer una nueva exploración.
El grupo ya la visitó hace un año, pero en aquella ocasión solo fueron tres los que participaron en la actividad y, como insistieron varias veces que valía la pena ir, organizamos otra visita. Esta vez solo faltó Juan.
Antes de entrar nos hicimos la foto de grupo y tomamos fuerza con el almuerzo. Algo tradicional.
La boca de la cueva es de reducidísimas dimensiones y se encuentra tapada por una especie de rejilla similar a la de un desagüe.
Juanma realizó toda la instalación. Después le siguieron Jose, Tomás, Gonzalo y cerraba Jose Luis.
Nada más atravesar la boca aparece una fuerte pendiente que aconseja el uso de cuerda para su descenso ya que al final de esta pendiente aparece otra sima que habrá que descender.
Es esta una cueva pequeña, pero lo que se esconde en ella no deja de pasar inadvertido para los visitantes. Bellas formaciones de todo tipo jalonan la sala principal, siendo un atractivo importante para los aficionados a la fotografía.
Nosotros, como no podía ser de otra manera, invertimos bastante tiempo en hacer fotos y videos. El encargado de ello, como casi siempre fue Jose Luis que incluso se llevó una cámara de video de mejor calidad para inmortalizar el momento.
Cuando estábamos prácticamente todos dentro de la cueva llegó otro grupo que también iba a explorarla y que volvimos a coincidir con ellos en el momento en el que subíamos y ellos bajaban.
Jose Luis se quedó realizando las grabaciones y el resto nos fuimos a explorar el resto de la cavidad ya que él ya la había recorrido la vez anterior.






Verdaderamente es una cueva que vale la pena visitar por la belleza de su interior ya que se encuentra muy bien conservada debido, seguramente, a que no es muy conocida.
Después de completar el reportaje fotográfico comenzamos la ascensión. Jose iba desmontando y todo se desarrolló sin ninguna novedad destacable.
Ya de vuelta al coche, ibamos hablando sobre proyectos futuros...que si Cuatretonda, que si Chorros...ya veremos.
Otra cosa a destacar...¡Ya tenemos el distintivo del grupo! Para ponerlo en el mono, en la camisa...Ha quedado muy bien.
 
 
Hasta la próxima.
 
 


27 feb 2014

SIMA DEL DIABLO (BUGARRA)


Panorámica desde la boca
La Sima del Diablo se encuentra dentro del término municipal de Bugarra, aunque el acceso a ella se realiza por Pedralba.

Topografía Sima del Diablo (Jose Manuel Ros)
Nos concentramos en Cheste y, desde allí, nos dirigimos juntos a Pedralba. Dejamos el coche en el lugar previsto e iniciamos el ascenso hasta la boca. El recorrido hasta allí nos muestra un paisaje totalmente quemado, con piedras sueltas y arbustos carbonizados.

El calor de los rayos del sol se veía aminorado por el fuerte viento que hacía.

Antes de entrar, decidimos reducir la carga de las sacas y aumentarla en los cuerpos...es decir, almorzar.

Jose Luis en un descanso
La Sima del Diablo nos venía referenciada a través de Jose Manuel Ros. Tanto la topografía como las indicaciones para encontrar la sima procedían de él. Gracias nuevamente, amigo Jose Manuel.

Jose, como siempre, comenzó la instalación. Primero un pasamanos de unos 2 ó 3 metros, más que nada para servir de seguro, al posicionarnos, por oposición, en la cabecera del primer pozo (P-18).

La sima es una fractura noroeste-sureste de unos cincuenta metros de profundidad, que va encadenando un pozo tras otro, con pequeños descansos intermedios. Tal es así que con una única tirada de cuerda de 60 metros, tuvimos suficiente.

Cuestiones que destacamos de esta sima.

En primer lugar, creemos que la bajada, al estar escalonada de la forma descrita, puede venir muy bien para instruir en técnicas de descenso a quienes se inician en esta actividad.

Por otra parte, la sima tiene bastantes elementos sueltos en su recorrido, por lo que hay que ir con cuidado para que estos no golpeen al compañero que está en el plano inferior.



 
















Una cuestión que no nos pasó desapercibida fue la falta de algún fraccionamiento más para evitar el rozamiento en algún punto y que hubiera mejorado sensiblemente la instalación.

 
"Graffitis" de vándalos

Y como nota negativa, algo que es muy frecuente: las pintadas “rupestres”. Sobre todo en la última sala, llena de “graffitis” desde los años 70 hasta nuestros días.

El recorrido por la sima lo realizamos sin novedad por este orden: Jose, Juanma, Gonzalo, Jose Luis y Tomás.

En la base de la sima es donde se encuentran las formaciones más vistosas, ya en periodo de fosilización la mayoría de ellas.
En la base de la sima

La salida la realizamos en el mismo orden que entramos. Cerrando y desinstalando iba Tomás.

Todo el recorrido se realizó sin novedad, pudiendo estar fuera cerca de las dos del mediodía.

Después de recoger el material comenzamos el retorno al lugar donde habíamos dejando el coche. Un regreso algo complicado por el fuerte viento que hacía y que, en ocasiones, incluso nos hacía perder el equilibrio.

Montados ya en el coche nos dirigimos a Cheste, donde habíamos dejado el resto de vehículos y desde allí, cada uno a su lugar de origen.

Esta ha sido la primera del año y, si, allá abajo se sigue oyendo el silencio...


Tomás desmontando y Jose en primer plano


Pulsar para acceder a video reportaje Sima del Diablo





6 ene 2014

SIMA ESCUELA O SIMA SAN JOSE (REAL DE GANDÍA)

Última salida del 2013 - Spelaion


Nuestra última salida del año nos ha llevado, de nuevo, a tierras de la Safor. Esta vez la cavidad elegida ha sido la sima de Sant Josep (o Sima Escuela, como la conocemos nosotros) situada en Real de Gandía. Algunos de nosotros ya habíamos estado aquí antes, pero hace algo más de 25 años. Por cierto, un recuerdo para el espeleólogo de la OJE de Gandía que falleció en accidente, en esta misma sima, en la década de los ochenta.


Con los compañeros del  CMEX


Como suele ser costumbre en nuestro grupo, a las 8 de la mañana ya estamos todos en el punto de encuentro establecido: Tomás, Jose Luis, Gonza, Juan y Jose. Tomamos un café y rápidamente nos dirigimos con el coche a la urbanización Monterreal, lugar donde aparcaremos y comenzaremos la aproximación a pie hasta la sima. No sabemos muy bien si por tradición (en diciembre del año pasado nos sucedió lo mismo en nuestra última salida) o por ser el día de los inocentes, pero la verdad es que nos ha costado bastante encontrar la sima, pues hemos estado más o menos una hora pateando ladera arriba y ladera abajo, hasta que por fin y gracias al GPS la hemos encontrado. En nuestra defensa diremos que, además del tiempo que ha pasado desde que estuvimos aquí, el sendero que accede a la sima está muy poco marcado en algunos sitios, lo que nos ha llevado a seguir erróneamente otro camino. Gonza y Juan son los primeros en llegar al lugar de ubicación de la sima, y exhaustos por el esfuerzo realizado, acudimos los demás. Enseguida nos damos cuenta de que hemos coincidido con otro grupo de espeleólogos, esta vez del CMEX (Xeresa). Menos mal que esta sima tiene dos entradas diferentes y nosotros habíamos pensado entrar por la que ellos no van a utilizar. 

Jose en distintas instantáneas de la instalación del pozo principal:
 
Antes de entrar
Instalando el fraccionamiento

Panorámica de la instalación




Peinando nudos






















































Preparamos todo el material personal y como ya son cerca de las 10 de la mañana, decidimos almorzar antes de entrar, y así, con la pausa, recuperamos algo de fuerzas, pues el ascenso ha sido "durillo". Como ya es habitual, para almorzar variedad de quesos y embutidos de Cazorla que trae nuestro compañero Jose Luis.



Juan fraccionando
Acto seguido y sin perder tiempo, nos ponemos manos a la obra, Jose instala la cuerda y "p'abajo" que a eso hemos venido. Como ya se menciona arriba, esta cavidad tiene dos bocas de entrada, una más amplia que da a un P-40 y otra algo más reducida, a unos 30 m de la primera, que se abre sobre un P-20, y que es por la que vamos a descender nosotros.




Juan bajando




Esta boca tiene un diámetro aproximado de 1 metro más o menos y da paso a una sala de grandes dimensiones, a cuya base se llega después de bajar 20 m. Para la cabecera hay dos parabolts de inox situados algo más arriba de la boca, y tras bajar unos 2 metros, hay otros dos para poder fraccionar. El rozamiento de la cuerda en este primer tramo es bastante inquietante, por lo que decidimos poner dos protectores para minimizarlo. Tras este fraccionamiento, se baja completamente en volado hasta la base de esta primera sala (P-20).

Gonzalo en el volado



















 
Tomás y Jose en la galería superior
Una vez llegados a la base y justo en la pared de enfrente, hay una galería elevada unos 6 o 7 m del suelo y por donde continuamos la progresión. Para acceder a ella, encontramos una cuerda instalada que parece estar en buen estado. Como no nos fiamos demasiado, decidimos que use esta cuerda sólo el primero en subir y que, una vez arriba, instale una de las nuestras para poder ascender con total seguridad. Para ello utilizamos un puente de roca bastante grande y una plaqueta de inox que ya hay instalada y que se ve en muy buen estado. Uno tras otro vamos ascendiendo a esta galería, en la que también hay ya instalado un pasamanos que conduce hasta el siguiente pozo. Jose y Tomás se adelantan para instalar la siguiente cuerda mientras Jose Luis va haciendo fotos de la cavidad y de la progresión de los demás compañeros (luego no bastará con contar que hemos venido, habrá que demostrarlo con las fotos).
Juan subiendo y Gonzalo al fondo
















El siguiente pozo, de unos 18 m y que está instalado con spits, se abre sobre una pared con bastante inclinación que nos obliga a fraccionar a los 3 metros para evitar rozamientos. Desde aquí el descenso es muy cómodo y limpio, y nos sitúa en una sala donde se realiza la unión con un paso que lleva a la otra boca (la del P-40) y una gatera algo estrecha pero muy cómoda que, tras bajar un P-7, lleva a una pequeña sala cuya base se encuentra inundada por un acuífero, en el que, según dicen, pudiera haber continuación.


El segundo pozo



















Nosotros llegamos hasta la cabecera de este P-7 pero decidimos no bajar, ya que aquí hemos coincidido con el otro grupo y no disponemos de mucho tiempo, así que tras un rato de conversación y de cambio de impresiones, cada grupo se dispone a deshacer el camino andado y regresar por donde ha venido.
Jose Luis en la unión con el P-40


El camino inverso lo vamos recorriendo sin más incidente que el cansancio acumulado tras la pateada mañanera que nos hemos dado, pero las bromas y las anécdotas que nos vamos contando unos a otros, nos lo hacen olvidar casi por completo. Por fin llegamos todos arriba y vamos recogiendo el material, mientras vamos pensando ya en cual será la siguiente.


Gonzalo en la gatera de acceso al P-7
Para evitar volver a meter la pata, decidimos hacer el camino de vuelta hasta el coche guiados por los espeleólogos del CMEX, ya que conocen esta zona bastante mejor que nosotros. Desde aquí les damos las gracias por sus indicaciones, tanto en la cavidad como en el sendero. Todavía hoy es posible encontrar buena gente, incluso bajo tierra.


Tomás subiendo
Llegamos al punto de partida sobre las 2'15 de la tarde, donde nos despedimos, nos felicitamos el "inminente" año nuevo y también nos acordamos de nuestro compañero Juanma, que hoy no nos ha podido acompañar, y al cual hemos echado de menos durante toda la mañana. De camino a casa, como siempre, vamos pensando ya cual será nuestro siguiente objetivo, cual será nuestro nuevo destino, y, sobre todo, ¿se seguirá escuchando el silencio ahí abajo en 2014?.
 
Pulsar para acceder a video reportaje fotográfico Sima Escuela